martes, 18 de octubre de 2011

¿He sido yo quién lo ha petado?




Este videoclip supone tal disrupción en el contínuo espacio-tiempo que he tenido que tomarme unos días para poder hablar de él con la calma que merece y con su jugo bien sacado.




Primero y principal, la grandeza más grande reside en la revitalización de una figura de la cultura popular reciente que es enorme e indispensable. Obviamente me refiero al actor Jaleel White, el cual emerge de entre los muertos para no solo encarnar a Cee Lo Green, si no para presentarse como una versión evolucionada y pseudo-cincuentara de aquel fucker que era Stephan Urquelle.




Segundo: ¿Nadie se ha percatado de qué va la letra? ¡Es una canción sobre dejar a una paya! Pero no desde una perspectiva tristona y sensiblera no, DESDE LA PERSPECTIVA DEL FUCKER. Es decir, te tengo que dejar, es lo que hay, supongo que soy el malo, llora lo que quieras, soy igual que los otros y además soy Jaleel White, ahora estoy mazado y me pongo a bailar. Toma ya.

Tercero. A nivel del subconsciente colectivo, la reaparición de Jaleel White puede tener un efecto que ni siquiera él imagina. Recordado con cariño y reconvertido en máquina absoluto de las payas. Renace como hustler. Y, no nos engañemos, todos lo echábamos de menos y tenemos fe en que puede seguir haciendo un trabajo excelente como actor. Su carrera debería re-despegar a tope. De hecho, creo que va a salir en "House" próximamente petandolo. Nuestras mentes están dispuestas a que se nos reintroduzca a Jaleel como un líder.

Cuarto: ¿Por qué hay un impersonator de Drake refutando la cara de serio retraso mental que éste suele poner con frecuencia? Da igual el porqué, lo que importa es que las ideas están en el aire.




Quinto y último: Cee Lo Green se apunta un tanto muy grande al coger un tema tan delicado como es una separación y convertirla en algo celebrable. Celebrar, por un lado, que la vida sigue y que tras el dolor y la pérdida hay un camino muy largo que va a estar lleno de cosas buenas y malas. Y celebrar, por el otro lado, el maravilloso peso que uno se quita de encima en esas situaciones, dando pie a bailar y a petarlo. No creo tampoco que la elección de Jaleel White para el papel sea casual. Él estuvo en lo más alto, desapareció y ahora renace mejorado. 




Se hace una relectura, una reinversión de la perspectiva de las relaciones, de los sentimientos y para ello usan un actor célebre pero desaparecido que se nos es vuelto a presentar como El Hombre.

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